Fin de semana tranquilo, recostada sobre mi cama haciendo
zapping al no encontrar ninguna película que me llamase la atención, me detuve
en el noticiero de las diez a ver si conciliaba el sueño viendo los titulares,
y es que sentía que los ojos me pesaban una tonelada cada uno, y como no, después
de un muy cansado día limpiando y pintando la casa, sin embargo al escuchar un
titular en particular, una corriente de aire frío recorrió mi espalda, con
disimulo volteé a ver las ventanas y al ver que todas se encontraban cerradas
mi miedo aumento aún mas… -“Hayan cuerpo sin vida de suboficial de la
Policía, en el interior de las aulas de
un Instituto; al parecer se trataría de un suicidio” narró la periodista… tras
una breve pausa continuó:”se trataría de la Sub Oficial de Tercera Policía
Nacional… ”- eso bastó para levantarme cual resorte de la cama, y sentarme justo
frente al televisor, para cuando escuché los apellidos, inmediatamente sentí un
dolor en el vientre, un nudo en la garganta y automáticamente tenía los ojos empañados,
y llenos de lágrimas… -mientras transcurría todo el reportaje frente a mis ojos-
vinieron a mi mente la figura y el
rostro angelical de aquella gran amiga que tuve durante mi tiempo de escuela…
esa gran chica que me acompañó en los momentos más duros, y también en los gratos…
en mi mente tenía tantos y tantos recuerdos que venían una y otra vez, era un
recuento inmediato, decenas de imágenes, risas, llantos, y tantas otras
compartidas junto con mi amiga… Sin embargo, cuando escuché el nombre, concluí
que no se trataba de ella, sino hermana… Fue como conectarme nuevamente a la
tierra y despertar después de haber estado soñado despierta, al llegar por fin
a ver las imágenes del noticiero donde intentaban sacarle algunas declaraciones
a mi amiga… al verle su rostro, al escuchar su voz, sentí una congoja muy
grande, un dolor profundo… y es que me puse en sus zapatos por unos minutos y
logré llegar a la conclusión que cuando se pierde a un
ser amado, se siente un dolor tan grande que es imposible describir o siquiera
llegar a imaginarlo, es una punzada que te deja sin aliento… Pero así son los
designios de nuestro Señor. No podía evitar la pena, sobre todo porque me
enteré muy tarde, ya que al día siguiente trabajaba veinticuatro horas seguidas,
era imposible que me den permiso para siquiera acompañar por unas horas a mi
amiga, en la última despedida de su hermanita… lo único que podía hacer era
orar, y pedirle a Dios que le dé resignación para ella y su familia...
Este quizá sea un contenido algo triste para escribir y para
recordar, pero me hace pensar en que a veces las personas damos por sentado diversas
cosas en nuestra vida, no le tomamos la debida importancia a los pequeños
grandes detalles que tenemos con nosotros a diario, y lo digo por experiencia,
ya que hace unos meses atrás a una de mis hermanas, le detectaron un linfoma en
el rostro… -fueron momentos duros, que quizá en un futuro no muy lejano
comparta con ustedes- pero al verla recostada en la cama de aquel hospital, al
sentirme lejos de ella, al no escuchar sus regaños por las mañanas, o no sentir
que el celular suene una y otra al recibir sus mensajes, al recordar que no
estaba para decirme: “Estoy fuera de tu trabajo, vamos a tomar algo?”, al
encontrarme sentada en la mesa junto con mis demás familiares, y ver su asiento
vacío… es allí cuando recién pude apreciar cuan grande era mi amor por ella, y
no comprendo aún cómo es que nos tienen que pasar esas cosas para recién
aprender a valorar lo que tenemos... A mi hermana Dios le dio una nueva
oportunidad y está nuevamente en casa con nosotros, con su familia, con los que
la amamos con toda el alma… Por en cambio la hermana de mi amiga, ahora no está
más aquí, quizá ahora se encuentre en un mejor lugar, descansando por fin,
lejos de aquellos que le hicieron daño, de los que le arrebataron horas de
risas y felicidad al lado de su familia, descansando al fin… cuidando de los
suyos… aun no se han llegado a
esclarecer si es que fue suicidio o no… pero, algo que no se necesita
esclarecer es que se trata de una pérdida irreparable, de lágrimas que nunca
cesarán para aquella madre que todos los días la espera a que llegue del
trabajo…
Aquel día te despediste de los tuyos diciendo que ibas a
trabajar… quizá para tu familia tu estés en alguna comisión, quizá piensen que
tus jefes te enviaron a una dependencia en provincia, quizá que estas en Zona
de Emergencia, solo sé que estés donde estés… Dios está contigo, y tú estás con
los tuyos… Descansa en Paz!
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